Hernia discal lumbar y ejercicio físico

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Mucha gente acude a nuestra consulta aquejada de esta dolencia y preguntándonos si será el fin de sus días como deportista amateur o si tendrá que dejar de salir a caminar como tanto le gusta. Nuestra respuesta siempre es la misma: “La actividad física o movimiento es uno de los pilares más importantes en su rehabilitación”. De hecho, es uno de los métodos más efectivos para reducir la probabilidad de recaídas. Bien es cierto que cada caso debe ser valorado por un profesional que le dirija hacia qué ejercicios se pueden realizar y cuáles no.

Como en todas las patologías el ejercicio debe adecuarse a la fase en la que ésta se encuentre, evitando en todo momento el realizarlo en la fase de dolor agudo. Debemos tener en cuenta que los ejercicios que más nos convienen con este tipo de lesiones son aquellos en los que no se produzca impacto, torsión o flexión de tronco.

En el caso de la hernia discal lumbar podemos dividirlo en las siguientes etapas

  1. Una vez superado el dolor agudo iniciaremos la actividad de forma paulatina y encaminada sobre todo a ejercicios aeróbicos suaves, como son caminar, la bicicleta estática (sin flexionar columna lumbar), natación de espaldas, etc. En esta etapa se empezarán con unos suaves ejercicios de estiramiento, sin incidir directamente en la zona afectada. Es decir, de piernas y columna dorso-cervical.

  2. En la segunda etapa aumentamos intensidad de ejercicios aeróbicos y empezamos con otros de fuerza isométrica. Caminar o correr dentro del agua, elíptica, etc.

  3. En la tercera etapa, que es la que deberemos mantener toda la vida a modo de prevención, los ejercicios irán destinados a aumentar fuerza, flexibilidad y estabilización lumbar. En esta última fase los ejercicios basados en el método Pilates son una buena opción, ya que, con ellos trabajamos los tres apartados.

Y como en toda práctica deportiva, la sesión de entrenamiento debe seguir el siguiente esquema:

  1. Calentamiento.

  2. Práctica deportiva.

  3. Enfriamiento o vuelta a la calma (se realizan ejercicios parecidos a los del calentamiento)

  4. Estiramientos (cada estiramiento debe ser mantenido al menos un minuto)

Como consejos adicionales, decir a estos pacientes que:

  • No deben permanecer mucho tiempo en la misma postura a lo largo del día, y mucho menos sentados o de pie parados.

  • Deben descansar al mediodía en colchón (los sofás no son convenientes) con almohada cervical. No por dormir (que también) sino por descargarse de las molestias habituales de la columna.

  • Asimismo, durante sus caminatas, puede probar a hacer paradas intercaladas para apoyarse con los antebrazos en barandillas/muros o similares (en altura) cuando noten que aparece sensación de sobrecarga lumbar, realizando un apoyo en retroceso de uno de los pies de forma alterna con juego de flexión/extensión de rodilla a modo de estiramiento de músculos de la pantorrilla.

Nuria Iglesias Pérez

Fisioterapeuta

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